Los dientes pueden perder esmalte o dentina tras lesiones cariosas, accidentes, grietas, desgaste dental, restauraciones profundas, tratamientos de conductos, daños por corrosión y más. En estos casos, los dientes pueden tratarse con una corona.
Una corona dental es una restauración que se encuentra sobre su diente existente.
En el caso de pérdida dental, se pueden realizer puentes fijos.
El núcleo de la corona se puede hacer en diferentes materiales, como oro, metal cerámico, cerámica. Los costos de fabricación varían según el material utilizado: cuanto mejor sea la calidad y la estética, mayor será el precio.
La durabilidad de la corona depende en gran medida de cómo cuides tus dientes. Una corona o puente dental requiere más cuidado y atención que sus dientes naturales.
El dolor y los efectos secundarios varían de persona a persona. Si la corona está hecha con dientes vitales, uno experimenta hipersensibilidad después de la preparación. A veces las encías pueden estar sensibles. Estos síntomas generalmente desaparecen después de recibir la nueva corona, pero a veces pueden persistir durante un corto período de tiempo.
Si el nervio se inflama y dicha hipersensibilidad no disminuye, los dientes podrán ser tratados con endodoncia. Esto es bastante común especialmente en dientes jóvenes donde el tamaño del nervio es grande.
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